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Nutrición y salud oral

La interacción entre la salud bucodental y la nutrición está fuera de toda duda científica. Son abundantes los estudios que avalan la evidencia científica de diversas asociaciones nutricionales con determinadas patologías orales, tales como la  caries, enfermedad periodontal, cáncer oral, respuesta inflamatoria, lesiones mucosas, etc. También parece evidente que, el dentista, en su calidad de profesional sanitario, desempeña un papel muy importante en la educación de sus pacientes, en lo relativo a nutrición. En esta plataforma se aporta una información actualizada sobre diversos aspectos científicos de la nutrición, tanto en su repercusión en la salud general, como en su asociación con la salud oral. En absoluto, pretende sustituir las funciones de otros profesionales con formación específica en el campo de la nutrición. Intenta proporcionar conceptos y herramientas genéricas, que pueden ser de utilidad en la práctica clínica diaria.

La nutrición es un proceso complejo que implica la ingestión, la digestión, la absorción, transporte, utilización, almacenamiento y excreción de alimentos o bebidas para mantener la salud y el bienestar. Los carbohidratos, lípidos, proteínas, vitaminas, minerales y el agua son los seis nutrientes principales que se obtienen de los alimentos y son esencial para el correcto funcionamiento del cuerpo.

Las investigaciones sobre los efectos de la nutrición en salud se han llevado a cabo durante un largo período del tiempo. La  mala alimentación y la nutrición deficiente han sido implicadas en el aumento el riesgo de contraer enfermedades sistémicas tales como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cánceres, osteoporosis, trastornos gastrointestinales, sobrepeso/obesidad, hipertensión y dislipidemias. También se ha demostrado su relación con enfermedades orales incluyendo caries dental, enfermedad periodontal y cáncer. Aparte de estas importantes enfermedades orales, una variedad de otras enfermedades y condiciones orales han se ha asociado con el estado nutricional.

La caries dental ha sido considerada como la enfermedad oral más común, así como la enfermedad sistémica crónica más prevalente, en todo el mundo. Está bien establecido que los microorganismos de la biopelícula dental metabolizan los carbohidratos fermentables de la dieta, y producen  subproductos ácidos. Estos subproductos ácidos pueden desmineralizar la estructura dental e iniciar el desarrollo de la caries . En este contexto, es evidente que la nutrición juega un papel clave en la iniciación y progresión de la caries dental y, en consecuencia, vale la pena discutir brevemente el impacto de los azúcares, que se consideran como la principal causa de caries dental.

Impacto de los azúcares en la caries

Todos los monosacáridos (por ejemplo, glucosa, fructosa) y disacáridos (por ejemplo, sacarosa, lactosa), incluidos los edulcorantes sin azúcar, excepto los polioles, constituyen los azúcares totales. Los azúcares son generalmente clasificados como azúcares intrínsecos y extrínsecos.

Los azúcares intrínsecos tienen moléculas de azúcar retenidas dentro de la estructura celular. Por ejemplo, las frutas, verduras y granos tienen azúcares intrínsecos naturales presentes. Por otra parte, los azúcares extrínsecos tienen moléculas de azúcar fuera de la estructura celular del alimento o son añadidos a la comida. Los azúcares intrínsecos de frutas enteras, vegetales y granos, así como los azúcares de la leche (extrínsecos) son menos cariogénicos y tienen beneficios para la salud.

Los azúcares extrínsecos también se conocen como azúcares añadidos, azúcares libres o azúcares ocultos. De estos términos, el término actualmente preferido es el de azúcares libres o agregados e incluyen todos los monosacáridos (por ejemplo, glucosa, fructosa) y disacáridos (por ejemplo, sacarosa o azúcar de mesa) añadidos a los alimentos por el fabricante, cocinero o consumidor, y azúcares que están naturalmente presentes en la miel, jarabes y jugos de frutas. Estos azúcares son  altamente cariogénicos, se suman a las calorías innecesarias, y no tienen valor nutricional por lo que no son beneficioso para la salud.

Varios estudios han evaluado el impacto de consumo de azúcar de una variedad de alimentos como refrigerios (p. ej., pasteles, galletas y chocolates), bebidas dulces y jugos de frutas bebidas azucaradas y azúcares libres sobre la caries dental. Aunque destaca el impacto de los azúcares libres en la caries dental todos estos estudios revelan que el consumo de azúcar aumenta el riesgo de caries dental, tanto en niños como en adultos El tiempo total en que los dientes están expuestos al riesgo aumenta conforme lo hace la  frecuencia del consumo de azúcar, mientras que el tiempo de retención de alimentos y las bebidas azucaradas aumentan el proceso cariogénico. Los alimentos pegajosos, como las galletas dulces o determinados caramelos blandos,  tienen una alta retención que lleva a una mayor exposición de azúcar en las superficies de los dientes y por lo tanto aumentan el riesgo de caries. La evidencia también sugiere una relación dosis-respuesta, en el que el riesgo de caries aumenta conforme lo hace la cantidad de azúcares consumidos. Una revisión sistemática realizada sobre  niños de 3 a 16 años sugiere (evidencia de baja calidad) que eliminar los azúcares libres antes de acostarse puede reducir el riesgo de caries en los niños, en consonancia con las recomendaciones existentes.

La restricción de la ingesta de azúcar libre a <10% de la energía, según una revisión sistemática que involucra todas las edades,  tiene moderado nivel de evidencia. Esta evidencia, sin embargo, ha llevado a la OMS a actualizar  su guía sobre ingesta de azúcares, tanto para niños como para adultos, y apoyar que el consumo de azúcar libre debe ser menos del 10% de la ingesta total de energía alimentaria y que restringir la ingesta de azúcar libre a menos del 5% de la ingesta total de energía dietética tiene beneficios para la salud. La OMS recomienda además que se debe reducir el consumo de azúcares libres a lo largo de toda la vida. 

Impacto de otros nutrientes/alimentos en la caries

Se ha demostrado en una revisión sistemática reciente que el consumo de almidón de rápida digestión  aumenta significativamente el riesgo de caries en todos los grupos de edad, mientras que no se encuentra asociación con el consumo total de almidón  y el riesgo de caries. Los hallazgos sugirieren además que la ingesta de almidón de digestión lenta que contienen alimentos como los cereales integrales, frutas y verduras, no se asocian con el incremento de riesgo, por lo que los profesionales de la salud bucodental deben centrarse en  la limitación del consumo de almidón de rápida digestión solamente, particularmente cuando se combinan con azúcares libres.

En un estudio longitudinal de seis años realizado en adultos mayores  japoneses, se ha encontrado una relación inversa entre la cantidad de leche y productos lácteos ingeridos y la caries radicular. En consecuencia, los autores sugieren que la ingesta diaria adecuada de leche y productos lácteos como el yogur y el queso tienen un efecto protector contra la caries radicular, atribuido principalmente al efecto remineralizante de estos alimentos.

Varios estudios han evaluado el impacto de una variedad de alimentos tales como alimentos ricos en ácidos grasos saturados,  antioxidantes, lípidos y vitaminas, fibra incluida en frutas y verduras , sobre la enfermedad periodontal. Los resultados de estos estudios indicaron que el alto consumo de ácidos grasos saturados se asocia significativamente con más eventos de enfermedad periodontal.

Tanto la deficiencia de vitamina C como la de la vitamina D en la dieta, se ven implicadas en el aumento de riesgo de gingivitis y periodontitis. Se ha demostrado que la vitamina C es esencial en la síntesis de colágeno, el cual  es un importante constituyente del periodonto, mientras que la vitamina D ayuda a mantener la densidad mineral ósea alveolar. Estas vías biológicas pueden explicar las asociaciones entre estas vitaminas y la enfermedad periodontal. Además, se ha demostrado que las dietas ricas en antioxidantes como la vitamina C, vitamina D y las grasas poliinsaturadas, así cómo los alimentos ricos en fibra, incluidas frutas y verduras, pueden tener efecto protector sobre el inicio y la progresión de la enfermedad periodontal. Tales efectos podrían estar potencialmente mediados gracias a las propiedades antioxidantes e inmunomoduladoras de estos ingredientes y podrían actuar reduciendo el estrés oxidativo y acortando la duración de los procesos inflamatorios.

Existe evidencia limitada que sugiere que el almidón de digestión lenta, incluidos los almidones de granos integrales, tienen un efecto protector sobre la enfermedad periodontal, que se atribuye a los componentes antioxidantes de estos. Un estudio longitudinal también encuentra una cierta asociación inversa entre el consumo de determinadas verduras (de hojas verdes) y la reducción del riesgo de enfermedad periodontal en adultos mayores, aunque esta relación podría deberse a variables de confusión (toma de minerales y vitaminas) por lo que las conclusiones de estos hallazgos deben ser valoradas con prudencia.

El consumo de frutas y verduras  frescas se asocia con un riesgo reducido de cáncer oral, mientras que el consumo de verduras en conserva (saladas, fermentadas o en escabeche) se asocia con un aumento del riesgo (Grado C de evidencia de asociación sugestiva).

Ingerir al menos una pieza de fruta diaria y/o vegetales ayuda a reducir el riesgo de esta neoplasia en un 50%. Este efecto protector incluye a fumadores y bebedores, dado que este grupo de alimentos puede modular los efectos cancerígenos del alcohol y tabaco. Este efecto beneficioso se ha demostrado con mayor evidencia para los vegetales verdes, tomates, cítricos y zanahorias. También los frutos rojos, ricos en polifenoles, como los arándanos, moras, fresas y frambuesas facilitan la eliminación de sustancias potencialmente cancerígenas. Las granadas, ricas en ácido elágico, son también una buena opción dietética en relación al cáncer oral.

Una revisión sistemática evalúa  el impacto sobre el cáncer oral, del consumo total de almidón y el efecto de reemplazar el almidón de digestión rápida por almidón de digestión lenta. Después de revisar extensamente dos

estudios de cohorte, un estudio ecológico y nueve estudios de casos y controles, los autores encontraron que no existe asociación entre la ingesta total de almidón y cáncer oral, aunque concluyen que los estudios presentan una evidencia de  muy baja calidad. Por el contrario, sí encuentran un cierto efecto protector de los almidones de digestión lenta, aunque con estudios de baja calidad.

La nutrición se ha implicado en una variedad de otras enfermedades/condiciones bucales, además de las principales enfermedades orales, que se han discutido hasta ahora. Por ejemplo, los ácidos de la dieta  pueden causar  erosión dental, mientras que las deficiencias de micronutrientes como el hierro, el folato y las vitaminas A, C, D y B12 se han asociado con las siguientes enfermedades/condiciones:

  • Anomalías en el desarrollo de los dientes como hipoplasia del esmalte y atrofia de las glándulas salivales
  • Candidiasis oral
  • Labio y paladar hendido
  • Enfermedades orales potencialmente malignas, incluyendo liquen plano oral y leucoplasia
  • Patologías de las mucosas como glositis, úlceras orales recurrentes, queilitis angular y mucositis

Los ancianos, los enfermos psíquicos, los adictos al alcohol o drogas, las personas sin hogar, y aquellos que optan por dietas de moda (por ejemplo, bajas en carbohidratos, veganas o dietas cetogénicas), que excluyen o restringen grupos de alimentos,  tienen un alto riesgo de desarrollar carencias de micronutrientes, principalmente porque consumen una variedad limitada de alimentos. Asimismo, los lactantes, los niños y las embarazadas también corren un mayor riesgo de sufrir carencias de micronutrientes, ya que no solo tienen mayores necesidades, sino que, en general, su consumo de alimentos ricos en micronutrientes es escaso.

Dado que la mayoría de las características clínicas de las deficiencias de micronutrientes puede manifestarse inicialmente en la región oral/perioral, el dentista es potencialmente el primer proveedor de atención médica en detectar tales trastornos relacionados con las deficiencias de micronutrientes. En consecuencia, los dentistas pueden desempeñar un papel importante en la detección temprana de tales trastornos, particularmente entre los grupos de alto riesgo mencionados anteriormente, y en la derivación adecuada de estos pacientes para su posterior diagnóstico y tratamiento.

Nutrición y salud oral

El papel e implicaciones para el dentista

  • El cuerpo de evidencia existente sobre nutrición y salud, de acuerdo con las pautas dietéticas, sugiere que los dentistas tienen la obligación de educar y proporcionar asesoramiento dietético adecuado a sus pacientes.
  • Basado en una serie de pruebas emergentes sobre la relación entre la salud oral y la salud general, así como para respetar el enfoque de «factores de riesgo comunes”, tal consejo debe personalizarse individualmente y dirigirse a promover la salud bucal y la salud en general al tiempo que debe destacar lo siguiente:

✓ Limitar la ingesta de alimentos y bebidas. que contienen azúcares añadidos (libres) como dulces, bebidas azucaradas incluyendo refrescos y zumos envasados, aguas saborizadas, bebidas energéticas y deportivas.

✓ Fomentar el consumo de todo tipo de frutas y verduras frescas, frutos secos, semillas y alimentos integrales ricos en almidón.

✓ Fomentar la ingesta de agua, especialmente agua del grifo, leche y otros productos lácteos, sin azúcares añadidos y principalmente bajos en grasa (excepto en niños menores de 2 años).

✓ Desaconsejar el consumo de conservas vegetales (saladas, secas, fermentadas o en escabeche).

✓ Desalentar el consumo de alimentos ricos en grasas, particularmente grasas saturadas y sales.

✓Al ser potencialmente los primeros proveedores de atención sanitaria en detectar, particularmente las enfermedades/condiciones de las mucosas asociadas con deficiencias de micronutrientes, los dentistas pueden desempeñar un papel importante en su detección temprana y en la derivación adecuada de estos pacientes para su posterior manejo.

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Conocer para aconsejar

Dada la trascendencia que el dentista tiene en la educación nutricional en sus pacientes (eminentemente en los grupos de riesgo), es importante que conozca adecuadamente lo más relevante de los grupos de alimentos, para poder así  aconsejar convenientemente a sus pacientes. Si bien existen varias estrategias y herramientas, una de la más utilizada es la del “plato saludable”. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) ha realizado en 2015 una nueva revisión de la pirámide de la alimentación que incluye conceptos como sostenibilidad, conviavilidad o alimentación confortable, variada, moderada y equilibrada en el marco de unos estilos de vida saludables.

LOS GRUPOS DE ALIMENTOS

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Grupos de alimentos

“Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”

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El plato para comer saludable

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